miércoles, 9 de junio de 2010

EVALUACIÓN.


Cardinet (1996) nos ha propuesto una evaluación formativa, donde las condiciones de aprendizaje se sobreponen a los conocimientos adquiridos, puesto que permiten regulaciones mucho más rápidas. Ya que nunca se puede estar seguro de que los aprendizajes se estén produciendo.

La evaluación formativa se sitúa en una perspectiva pragmática (Perrenoud, 1991, 1998) y no tiene ningún motivo para ser estandarizada, ni notificada a los padres, se incluye en la relación cotidiana entre el profesor y sus alumnos, su objetivo es ayudar a cada uno a aprender, no dar explicaciones a terceros.

¿Qué evaluaremos?

Evaluaremos tanto al alumno como a nosotros mismos:

• Si las actividades estaban bien estructuradas.
• Si la selección de los contenidos ha sido adecuada.
• Si se ha cumplido los objetivos.
• Si los recursos utilizados han sido suficientes e interesantes.
• Como funcionó la educadora como coordinador del taller.
• Si se pude mejorar y como hacerlo.


¿Cómo vamos a evaluar?


• Mediante la observación, directa y continua del alumno y de sus producciones y experiencias.
• Atendiendo a la diversidad y ritmos de aprendizajes que los niños van presentando.
• Lo podremos registrar en el expediente de cada alumno y/o en el diario de la educadora.

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